La ermita de Santa Elena cubre la cueva donde se refugio la Santa |
El Pirineo es un escenario repleto de mitos y leyendas.
Muchas de esas leyendas están relacionadas con esos lugares mágicos donde el
hombre, desde antiguo, sentía la fuerza y la belleza de la naturaleza.
Hoy queremos asomarnos a uno de esos enclaves sacralizado
desde la prehistoria y cuya naturaleza como lugar de culto perdura en nuestros
días: La ermita de Santa Elena, a la que acuden cada año en diferentes fechas
los vecinos de todo el valle del Alto Gállego.
Situada sobre el alto que domina el “Congosto de Santa
Elena”, entrada y punto de unión entre las Tierras de Biescas y el Valle de
Tena, tiene además del valor espiritual,
unas condiciones óptimas como lugar defensivo.
El Fuerte mandado a construir por Felipe II |
La tradición cuenta
que la madre del emperador Constantino, Santa Elena, llegó huyendo hasta este lugar y se ocultó en
la cueva que hoy cubre la ermita. Una tela de araña tapó su paso protegiéndola
de sus perseguidores. Cuando la santa abandonó su escondite una milagrosa
fuente brotó del interior de la cueva y se precipitó hasta el vacío. Es la fuente
y cascada de “La Gloriosa” a la que se le atribuyen propiedades curativas y milagrosas.
El sendero PRHU 78 que desde Biescas nos lleva hasta este precioso
entorno es apto para todos públicos y nos permitirá conocer también el Dolmen
megalítico, los restos del fuerte
militar construido en época de Felipe II, además de disfrutar de un precioso panorama de
las tierras de Biescas.
Recientemente se ha adecuado un sendero accesible que desde el aparcamiento permite a personas con movilidad reducida acceder a este entorno .
Dolmen megalítico en el entorno de Santa Elena |
Ficha técnica.
Horario 1: 50 h.
Desnivel de subida 250
m.
Desnivel de bajada 65
m.
Distancia horizontal 5,9
Km.
Tipo de recorrido A
pie