miércoles, 21 de julio de 2010

Una semana con Marion en Sarsa de Surta


Nosotros - un grupo de senderistas de 11 personas de Francoforto del Meno (Frankfurt) hemos pasado una semana impresionante en los Pirineos. El viaje organizamos particular en pequeños grupos, pero resultó que nos encontramos todos en Carcassonne para hacer noche allí.

El día siguiente por la mañana, después de haber visitado el casco antiguo, cojimos la dirección a España - a Sarsa de Surta, un pueblo pequeño (muy pequeño) cerca de Ainsa. Cruzando los Pirineos con vistas e impresiones fenomenales, serpenteamos por una grandiosa naturaleza.

Y luego, después de llegar a Sarsa de Surta: una casa encantadora con muchos cuartos, a los cuales se llega pasando por muchos rincones. Podíamos utilizar dos cocinas para preparar nuestras comidas comunes, y Wolfram hizo buen papel como panadero. Con su amabilidad, nuestra anfitriona, Marion, nos facilitó que nos sientéramos en seguida como en casa. Aficionados al senderismo saliamos todos los días de excursión.

Afortunadamente a Marion le gustó acompañarnos, así pudimos experimentar y ver mucho más. Ya el primer día bajamos por matas espesas, por una cuesta escarpada al barranco del rio Isuala. La vuelta era dura, pero antes podimos bañarnos en el agua muy fresca y tomar el sol. El día siguiente hicimos una caminata en el Rio Vero: muy interessante las cuevas en las paredes de roca, donde los buitres tenían sus nidos.

Aunque con Marion teníamos una casa muy agradable, hicimos una excursión de 2 días, con mochilas muy pesadas (entre otras cosas salero y cafetera de 18/10 acero inoxidable), para dormir en la iglesia de Nasarre, a lo cual a algúnos les gustó más dormir en el exterior, encima de las tumbas (el interior de la iglesia estaba cubierto con mucho polvo). Una salida del sol sensacional nos compensó el acampamento nocturno tan frio como duro. Marion nos llamó desde una ventana de la torre: “Alguien podría hacer por favor una foto”, y todos sacaron sus cámaras.

Aún no tuvimos suficiente de excursiones e hicimos frente a otro desafío: el Castillo Mayor! Casi 900 metros de desnivel tuvimos que superar por matorrales espesos y por fuertes formaciones rocosas, acompañadas de alimoches que daban vueltas por encima de nosotros. Sorprendiente la llegada a la cumbre: estás ocupado en trepar hacia arriba y de repente miras cientos de metros al fondo. En la Cruz nos inscribimos todos en el libro que encontramos allí.

Algunos aprovecharon el último día para ir a bañarse, otros se quedaron en casa tranquilos. Y por la noche ayudaban todos a terminar la semana con barbacoa y una alegre fiesta.

La despedida no era fácil para ninguno de nosotros. Llevamos muchos maravillosos recuerdos a nuestra vida cotidiana. Con impaciencia esperaremos la próxima estancia en los Pirineos.

Autores: Gisela Scheren, Karin Malekyar

Traducción: Marion Englert de Casa La Joya en Sarsa de Surta

lunes, 12 de julio de 2010

LAS PASARELAS DEL VERO

Dicen que la Sierra de Guara es el paraíso de los barranquistas y Alquezar es el corazón de este paraíso.
Pero no todos los visitantes de Guara nos atrevemos a descender un barranco. Nadar, descolgarse por una cuerda a algunos nos produce pánico.
Si queréis conocer la parte final de uno de los cañones más bonitos de la Sierra de Guara os recomiendo esta sencilla y apasionante ruta que partiendo de la Plaza de Alquezar nos lleva por unas espectaculares pasarelas hasta la antigua estación eléctrica.
Las primeras pasarelas de madera bajan encajonadas a los pies de los muros de la Colegiata y el Castillo.
Descendemos el Barranco de La Fuente contemplando las vistas de la villa medieval y las espectaculares paredes con sus numerosas covachas. La vegetación que nos rodea en este primer tamo del barranco es fresca y húmeda.
Cuando alcanzamos el lecho del río Vero nos encontramos rodeados de impresionantes paredones.
Este es el paisaje más característico de Guara; un entorno de agua, roca y abismos. Refugio de flora y fauna únicas y que desde el paleolítico el hombre ha recorrido y ocupado.
Desde aquí cuesta muy poco acercamos hasta la cueva de Picamartillo justo enfrente.
A partir de ahora vamos a descender por el cauce del Vero, pero no por el agua sino por unas impresionantes pasarelas metálicas colgadas en las paredes que rodena el cauce, hasta llegar a la antigua presa y a la central eléctrica.
Hay que aprovechar las aguas de las azuladas badinas para un refrescante baño.
A partir de ahora dejaremos el río y volveremos a ascender hasta el pueblo entre campos de olivos y almendros.Creo que no hace falta deciros que no os podéis perder un recorrido por ese precioso conjunto monumental, uno de los pueblos más bonitos de Aragón.

jueves, 1 de julio de 2010

Castillo de Esplubiello en Hospitaled

Hospitaled está situado entre los pueblos de Almazorre y Barcabo y es el pueblo más cercano a Eripol en línea recta. Se compone de una calle única con una herrería, tiene pocas casas. La herrería tiene su historia pues en ella se falsificó moneda durante la guerra de independencia, el herrero de Hospitaled diseño las monedas. Fueron descubiertas en Barcelona y cuentan que Napoleón puso precio a las cabezas de los falsificadores, entonces el herrero se apresuro a llevar los troqueles a unas cuevas, allí continuaron sus actividades hasta el final de la guerra y nunca llegaron a ser descubiertos.
De Senderos de Huesca

El castillo de Esplubiello debió ser un punto de resistencia al avance árabe, el desvío para llegar esta indicado y hay que cruzar el barranco de San Chils, el castillo esta afirmado sobre roca viva.

Es un castillo poco conocido, pequeño y bastante escondido, sobre un peñón de arenisca. No es fácil de localizar, porqué está envuelto de robles y matorrales que lo hacen invisible.

Se encuentra entre Hospitaled y Olsón, a medio camino y frente al pueblo de Almazorre. La pista sigue el antiguo sendero, sus restos dominan una hondonada de tierras profundas y fértiles, a orillas del barranco de Sanchils y a la vista de Erípol. Hay una indicación en la pista que te conduce a él.
A escasos metros del castillo, en la margen de unos campos está la ruina de una iglesia del siglo XII sin la cubierta y la vegetación la invade hasta el punto de ser casi imposible acceder al interior.


Cerca de la fortificación hay peñascos de roca arenisca: Un interesante castro ibero esculpido, creando espacios habitables además de silos y aljibes, se aprecian agujeros para sostener cubiertas y se aprovecharon las oquedades naturales agrandándolas, seguramente como dormitorio. Una ranura paralela al suelo está preparada para conducir el agua de lluvia para almacenarla en los aljibes.
De Senderos de Huesca

Hay uno que tiene un 1,50 m de profundidad. Quizás otros lo fueron para guardar comida.

Almazorre tiene otras bonitas excursiones: al castillo de Zaba, el dolmen de la Caseta de las Balanzas, el molino, la tejería, el esconjuradero, un horno de cal muy bien conservado, la cueva de la carrasca. Todo con paneles explicativos.

Rafa Dolado de Casa Carpintero de Banastón