lunes, 11 de abril de 2016

Sendero de la ermita de la Espelunga

Sendero de La Espelunga

Sendero de San Victorián a la Ermita Rupestre de La Espelunga



Dificultad: fácil
Duración: 2,00 h.  ida y vuelta
Desnivel de subida: 290m. 
Inicio: desde el Monasterio de San Victorián.

Hoy queremos proponeros una interesante excursión para realizar en familia en uno de los entornos emblemáticos de Sobrarbe.

 La ruta nos llevará en poco más de 1 hora desde el Monasterio de San Victorián hasta la ermita rupestre de la Espelunga.
Lugar de historia, tradiciones y leyendas y un impresionante entorno natural a los pies de los farallones de la Sierra Ferrera .

La tradición cuenta que San Victorian, hombre muy apuesto y de noble origen italiano encontró en este lugar reposo y oración después de viajar desde Francia buscando retiro y huyendo de las tentaciones de la hermosa Maura.
Posteriormente San Victorian sería nombrado abad del cercano Monasterio de Asan que tomaría su nombre.

El Monasterio de San Victorián, fue uno de los monasterios más poderosos de Aragón, señoreando pueblos del Sobrarbe y la Ribagorza, de los que obtenía importantes rentas.

El acceso al Monasterio de San Victorián o Beturian  se realiza desde Aínsa por la N260 hasta Arro y de allí a Los Molinos y Oncins. También podemos ir por la carretera local que conduce a El Pueyo de Araguás y los núcleos de Torrelisa, Los Molinos y Oncins.


Desde la parte trasera del Monasterio parte el camino bien señalizado (PR-HU 43)que asciende hasta la Espelunga.

El camino comienza llaneando `por un terreno de margas azules hasta que llegamos a la ermita de san Antón o san Antonio Abad (10 min. desde el monasterio). Un pequeño edificio del siglo XVII  que conserva una curiosa decoración mural de tradición barroca.

Sin dejar la senda cruzaremos el barranco y el sendero se adentra en un bosque de hermosas carrascas hasta una fuente y poco más adelante la curiosa piedra de “La silla de San Victorian” donde la tradición manda golpear las piedras para obtener los favores del Santo.

Desde este punto  comienza una fuerte pendiente, que tras varia lazadas va ganando importante altura y, superada una glera, se alcanza las ruinas una pequeña cuadra.

Finalmente, se llega a través de un camino tallado en la piedra a la ermita de la Espelunga que aparece colgada sobre el precipicio bajo una vertical pared caliza desde donde se puede divisar el Valle de La Fueva y alrededores.

El interior de la pequeña ermita,destaca por el impresionante hueco que se eleva montaña arriba, hacia el infinito, encima de su altar mayor.

El regreso será por el mismo sendero después de disfrutar un rato de las hermosas vistas del entorno.