Sendero de San Victorián a la Ermita Rupestre de La
Espelunga
Dificultad: fácil
Duración: 2,00 h. ida
y vuelta
Desnivel de subida: 290m.
Inicio: desde el Monasterio de San Victorián.
Hoy queremos proponeros una interesante excursión para
realizar en familia en uno de los entornos emblemáticos de Sobrarbe.
La ruta nos llevará en poco más de 1 hora desde el Monasterio de San Victorián hasta la ermita rupestre de la Espelunga.
Lugar de
historia, tradiciones y leyendas y un impresionante entorno natural a los pies
de los farallones de la Sierra Ferrera .
La tradición cuenta que San Victorian, hombre muy apuesto y
de noble origen italiano encontró en este lugar reposo y oración después de viajar
desde Francia buscando retiro y huyendo de las tentaciones de la hermosa Maura.
Posteriormente San Victorian sería nombrado abad del cercano
Monasterio de Asan que tomaría su nombre.
El Monasterio de San Victorián, fue uno de los monasterios
más poderosos de Aragón, señoreando pueblos del Sobrarbe y la Ribagorza, de los
que obtenía importantes rentas.
El acceso al Monasterio de San Victorián o Beturian se realiza desde Aínsa por la N260 hasta Arro
y de allí a Los Molinos y Oncins. También podemos ir por la carretera local que
conduce a El Pueyo de Araguás y los núcleos de Torrelisa, Los Molinos y Oncins.
Desde la parte trasera del Monasterio parte el camino bien
señalizado (PR-HU 43)que asciende hasta la Espelunga.
El camino comienza llaneando `por un terreno de margas
azules hasta que llegamos a la ermita de san Antón o san Antonio Abad (10 min.
desde el monasterio). Un pequeño edificio del siglo XVII que conserva una curiosa decoración mural de
tradición barroca.
Sin dejar la senda cruzaremos el barranco y el sendero se
adentra en un bosque de hermosas carrascas hasta una fuente y poco más adelante
la curiosa piedra de “La silla de San Victorian” donde la tradición manda
golpear las piedras para obtener los favores del Santo.
Desde este punto
comienza una fuerte pendiente, que tras varia lazadas va ganando
importante altura y, superada una glera, se alcanza las ruinas una pequeña
cuadra.
Finalmente, se llega a través de un camino tallado en la
piedra a la ermita de la Espelunga que aparece colgada sobre el precipicio bajo
una vertical pared caliza desde donde se puede divisar el Valle de La Fueva y
alrededores.
El interior de la pequeña ermita,destaca
por el impresionante hueco que se eleva montaña arriba, hacia el infinito,
encima de su altar mayor.
El regreso será por el mismo sendero después de disfrutar un
rato de las hermosas vistas del entorno.