Nosotros - un grupo de senderistas de 11 personas de Francoforto del Meno (Frankfurt) hemos pasado una semana impresionante en los Pirineos. El viaje organizamos particular en pequeños grupos, pero resultó que nos encontramos todos en Carcassonne para hacer noche allí.
El día siguiente por la mañana, después de haber visitado el casco antiguo, cojimos la dirección a España - a Sarsa de Surta, un pueblo pequeño (muy pequeño) cerca de Ainsa. Cruzando los Pirineos con vistas e impresiones fenomenales, serpenteamos por una grandiosa naturaleza.
Y luego, después de llegar a Sarsa de Surta: una casa encantadora con muchos cuartos, a los cuales se llega pasando por muchos rincones. Podíamos utilizar dos cocinas para preparar nuestras comidas comunes, y Wolfram hizo buen papel como panadero. Con su amabilidad, nuestra anfitriona, Marion, nos facilitó que nos sientéramos en seguida como en casa. Aficionados al senderismo saliamos todos los días de excursión.
Afortunadamente a Marion le gustó acompañarnos, así pudimos experimentar y ver mucho más. Ya el primer día bajamos por matas espesas, por una cuesta escarpada al barranco del rio Isuala. La vuelta era dura, pero antes podimos bañarnos en el agua muy fresca y tomar el sol. El día siguiente hicimos una caminata en el Rio Vero: muy interessante las cuevas en las paredes de roca, donde los buitres tenían sus nidos.
Aunque con Marion teníamos una casa muy agradable, hicimos una excursión de 2 días, con mochilas muy pesadas (entre otras cosas salero y cafetera de 18/10 acero inoxidable), para dormir en la iglesia de Nasarre, a lo cual a algúnos les gustó más dormir en el exterior, encima de las tumbas (el interior de la iglesia estaba cubierto con mucho polvo). Una salida del sol sensacional nos compensó el acampamento nocturno tan frio como duro. Marion nos llamó desde una ventana de la torre: “Alguien podría hacer por favor una foto”, y todos sacaron sus cámaras.
Aún no tuvimos suficiente de excursiones e hicimos frente a otro desafío: el Castillo Mayor! Casi 900 metros de desnivel tuvimos que superar por matorrales espesos y por fuertes formaciones rocosas, acompañadas de alimoches que daban vueltas por encima de nosotros. Sorprendiente la llegada a la cumbre: estás ocupado en trepar hacia arriba y de repente miras cientos de metros al fondo. En la Cruz nos inscribimos todos en el libro que encontramos allí.
Algunos aprovecharon el último día para ir a bañarse, otros se quedaron en casa tranquilos. Y por la noche ayudaban todos a terminar la semana con barbacoa y una alegre fiesta.
La despedida no era fácil para ninguno de nosotros. Llevamos muchos maravillosos recuerdos a nuestra vida cotidiana. Con impaciencia esperaremos la próxima estancia en los Pirineos.
Autores: Gisela Scheren, Karin Malekyar
Traducción: Marion Englert de Casa La Joya en Sarsa de Surta